En el
primer mensaje que nombra explícitamente a Moscú, la Cancillería adelanta que
rechazará el uso de la fuerza y la presencia de tropas rusas en la próxima
sesión del Consejo de Seguridad
A menos de
24 horas del estallido de la crisis en Europa del Este, México ya ha definido
de forma más clara su posición frente al conflicto. El Gobierno de Andrés
Manuel López Obrador ha pasado de condenar la guerra a rechazar abiertamente la
invasión de Rusia a Ucrania, según ha dado a conocer el canciller Marcelo
Ebrard en el primer mensaje que nombra y censura explícitamente la operación
militar de Moscú.
“Tenemos muy claro que estamos ante una invasión, ya no hay
ninguna duda sobre ello”, ha dicho Ebrard en un mensaje grabado este jueves y
que sirve como adelanto de cuál será la posición del país latinoamericano en la
próxima sesión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas este viernes, donde
participa como miembro no permanente.
La
instrucción de López Obrador para la representación mexicana en la ONU ha sido
repudiar el ataque ruso, en una decisión sustentada en las propias invasiones
que ha sufrido el país en el pasado y que lo llevaron a perder más de la mitad
de su territorio. “Por historia y tradición, por nuestra formación como nación
tenemos que rechazar y condenar enérgicamente la invasión de un país como
Ucrania de parte de una potencia como Rusia”, ha dicho Ebrard.
El titular de
Relaciones Exteriores ha agregado que el Gobierno ha estado en contacto con
otros siete países, aunque no ha especificado cuáles, y ha asegurado que se
pedirá un cese al fuego y se mantendrá la oposición al uso de la fuerza como
solución del conflicto. México pedirá que se respete la integridad territorial
de Ucrania y que se proteja a su población civil, y ratificará su respaldo a un
esfuerzo multilateral encabezado por Naciones Unidas.
El país
latinoamericano parecía asumir una posición que tendía más hacia la neutralidad
en las primeras horas de la crisis. “No estamos a favor de ninguna guerra,
México es un país que siempre se ha pronunciado por la paz y por la solución pacífica
de las controversias”, dijo López Obrador en su conferencia matutina, en un
posicionamiento que se apegaba a los principios de formulación de política
exterior que han caracterizado a la diplomacia mexicana, como el respeto a la
soberanía y la no intervención. Ebrard había dicho que se daría una postura más
clara en unas horas.
La Embajada
de Ucrania había reprochado a México que no condenara abiertamente la invasión
rusa y había pedido que cortara relaciones con el Gobierno de Vladímir Putin.
Pasado el mediodía también hubo protestas encabezadas por decenas de miembros
de la comunidad ucrania frente a la representación rusa en Ciudad de México.
Ebrard había dicho por la mañana que no se contemplaba una ruptura diplomática
con Moscú porque la prioridad era tener abiertas vías de diálogo.
Las miradas
están puestas en el proyecto de resolución que aún se fragua en el Consejo de
Seguridad. Juan Ramón de la Fuente, embajador mexicano ante Naciones Unidas,
había dicho que esperaban un “proyecto duro, condenando la invasión de la
Federación Rusa y reiterando su respaldo a Ucrania”. Para el diplomático
Enrique Berruga, que ocupó ese mismo puesto de 2003 a 2007, está por verse
quién patrocinará el documento y si México se sumará como copatrocinador. Eso determinará
si el país asumirá una participación más pasiva, relegado a ser un espectador
de la crisis, o si desempeñará un papel más proactivo. Dependerá mucho de la
redacción y de cómo se hile diplomáticamente la reacción multilateral.
“La
posición inicial no estaba mal, pero se podía dar un paso más allá”, afirma
Berruga. “Esto es un asunto global, no es un asunto de Ucrania”, dice el
diplomático, “estamos en el Consejo de Seguridad en una de las crisis más
severas que ha habido en tiempos recientes, para muchos desde la Segunda Guerra
Mundial”. Desde su perspectiva, sin embargo, romper relaciones con Rusia sería
más un “acto histriónico” que algo que realmente abone a una solución negociada
al conflicto. Berruga, consultado horas antes del anuncio, demandaba un
pronunciamiento más contundente: “Los principios tradicionales de política
exterior no te alcanzan en este tipo de situaciones, hacer un llamado a una
solución pacífica de las controversias, por ejemplo, no se va a traducir en que
Moscú se siente a tomar un café y te diga que va a parar con la operación
militar”.
“Lo que
vamos a defender en todos los foros es que México condena enérgicamente esta
invasión”, ha refrendado Ebrard. Latinoamérica llega fragmentada y sin una
respuesta unificada ante la crisis, con el cierre de filas de los aliados de
Rusia en la región -como Venezuela, Cuba y Nicaragua- y posiciones de abierta
condena desde el Chile de Sebastián Piñera y la Colombia de Iván Duque, en el
otro lado del extremo político. También aparece con representación de las dos
potencias regionales en el Consejo de Seguridad: Brasil y México.
“Es muy
importante que un país como el nuestro que no tiene una fuerza militar
relevante a nivel mundial defienda el derecho internacional y un orden civil”,
sentencia Berruga. La posición mexicana parece dar el primer paso firme en esa
dirección.
https://elpais.com/mexico/2022-02-25/mexico-eleva-el-tono-y-condena-la-invasion-de-rusia-a-ucrania.html