El número de migrantes mexicanos y extranjeros alojados en el gimnasio del Colegio de Bachilleres casi se duplicó, mientras que las autoridades advierten que van a llegar más en los próximos días.
Para la mañana, el recinto deportivo tenía albergadas a 227 personas provenientes de países africanos, centroamericanos y de otros estados del país, de 120 reportados hasta el viernes.
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“Vamos a recibir gente hasta donde aguante”, dijo Antonio Sáenz, coordinador del programa de voluntariado de la Subsecretaría de Desarrollo Social estatal en la zona norte.
Agregó que estas 127 personas que recibieron ayer primero llegaron a la Casa del Migrante, que los redirigió al gimnasio porque sigue saturada.
De acuerdo con el director del Consejo Estatal de Población (Coespo), Enrique Valenzuela, se cree que el número de migrantes que arribó a Juárez en los últimos días se puede multiplicar de un momento a otro.
Señaló que tienen información extraoficial de que vienen a esta ciudad otros tres camiones de Piedras Negras, Coahuila, llenos de migrantes. Sin embargo, mencionó que el único espacio que tienen disponible para recibirlos es el gimnasio.
Indicó que están evaluando de manera constante la situación para determinar qué procederá si en algún momento se satura el gimnasio, aunque no proporcionó cuáles serán las otras alternativas.
El informe de la Coespo indica que el grupo más grande de migrantes es cubano, con 85 extranjeros; luego del estado mexicano de Guerrero, con 58; además de 30 guatemaltecos, 17 hondureños y 17 del país africano Angola.
El resto, en menores proporciones, viene de Costa Rica, Nicaragua, Colombia, República de El Congo, Camerún, además de Oaxaca y el Estado de México.
Huyen de la violencia en México
Migrantes mexicanos que llegaron a la frontera procedentes de Guerrero dijeron que están huyendo de la violencia en su estado y señalaron que vienen otros grupos detrás de ellos.
Eloy Meza Ramírez, de 31 años, llegó a Juárez la noche del miércoles acompañado de su esposa de la misma edad y tres hijos de 2, 8 y 13 años, provenientes de Verde Rico, Guerrero, buscando asilo político de Estados Unidos.
“Me vine de mi pueblo por la violencia que se está viviendo allá. Ahí en el pueblo quemaron a dos, hay muchos enfrentamientos, ya no hay transporte, no hay maestros y doctores tampoco, comercio igual, todo bien caro, la gasolina y todo”, manifestó.
“Por eso me vine para acá, pues, con mi familia, me siento en riesgo, no veo futuro ahí con ellos, no hay clases, no hay trabajo, no hay dinero”, siguió.
Según contó, hay un grupo de 40 personas de su entidad que vienen viajando a Juárez por la misma situación y llegarán en los próximos días.
Valenzuela apuntó que esperan que en los próximos días la cantidad de personas en situación de movilidad se multiplique y ante ello, insistió en que no hay recursos económicos para recibirlos.
Sáenz por su parte indicó que varias organizaciones e iglesias católicas y evangélicas han estado donando víveres, que es con lo que han alimentado a estas personas que, en su mayoría, llegaron a la frontera para pedir asilo a Estados Unidos.