Las campañas
ya empezaron y, como suele suceder, pocas personas reflexionarán sobre
el hecho de que, además de los candidatos conocidos (propietarios),
existen otros candidatos poco (o nada) conocidos que requieren igual o,
incluso, mayor atención.
Se trata de los
candidatos suplentes; es decir, aquellos que, una vez que la fórmula
resulte ganadora deberá asumir, ante la falta o ausencia del
propietario, las funciones correspondientes.
Por
obvias razones, los propietarios consiguen la atención total de los
medios de comunicación y, por lo tanto, de los electores. No obstante,
es una práctica que debe ser reconsiderada porque, como es bien sabido,
muchos de los propietarios buscarán otro puesto similar (o el mismo,
ahora que la reelección es permitida) y, ante tal suceso, los suplentes
tendrán que desempeñar la función para la que, en fórmula, fueron
electos.

La reflexión que en esta ocasión nos
ocupa es necesaria porque, a diferencia de elecciones pasadas, el número
de propietarios que se han separado (o se separarán) de sus cargos para
contender en este 2018, es mucho mayor.
Por
ejemplo, en el caso del estado de Chihuahua, 37 de los 67 alcaldes
electos en el 2016 están registrados (según la lista publicada por el
IEE) para buscar su reelección. Eso implica que, en su caso -y en su
momento-, habrá el mismo número de municipios dirigidos, en el mejor de
los casos, por suplentes electos -muy probablemente- de manera
inconsciente o, en el peor de los casos, por personas por las que no se
votó (ni consciente, ni inconscientemente).
Otro
ejemplo de la importancia de conocer y no tomar tan a la ligera a los
suplentes, está en lo sucedido en la Cámara de Diputados donde, en
vísperas de Semana Santa, 51 legisladores solicitaron licencia para
participar en las elecciones de este 2018.
Como
esos existen otros ejemplos, pero dos son más que suficientes para que
quede clara la necesidad de reflexionar y emitir el voto con plena
consciencia de que, la mayoría de los puestos de elección popular, son
fórmulas compuestas por dos personas y que, no necesariamente, será el
propietario quien desempeñará (temporal o permanentemente) el cargo para
el que fue electo.
En esta ocasión concluyo
con una ligera adaptación de lo dicho alguna vez por el periodista
estadounidense, Walter Cronkite: cuando hay candidatos desconocidos, la
población necesita mucha más información de la que proporciona la
cobertura reducida.