Mario Delgado, gerente del Movimiento de Regeneración Nacional,
conocido como simplemente Morena, ha perdido irremediablemente su lugar
junto a la decencia.
Su conducta política –sin embargo--, no es para extrañar a nadie. Con
tal de quedar bien con el gran líder y respaldar sus decisiones, cambió
la curul por el retrete. Y desde ahí despacha.
Tampoco se podía esperar ahora algo mejor de ninguno de los
dirigentes de esa basta (con B) organización. Pero hay formas y límites.
O deberían reconocerlos.
La historia es muy sencilla y tiene, a pesar de su gravedad, previsibles consecuencias peores.
Como sabemos Félix Salgado no necesitaba ser denunciado por varias
violaciones y acosos sexuales ( y las colecciona), para ser
impresentable. Un rufián de todos conocido. De origen un palurdo mal
desbastado. Un activista de la izquierda analfabeta, cuya mejor
aportación a la historia de Acapulco, fue abrir las puertas al
narcotráfico.
Y en sus ratos libres, cerrar el “Baby’ O” para prolongadas encerronas con daifas y compañeros. Ahí no había Pepsi.
Sin embargo, por su condición de facilitador en las campañas
políticas de la izquierda en Guerrero, asentada tanto en el puerto como
en Iguala; servidora y cómplice los de los Guerreros Unidos con las 43
consecuencias ya conocidas, Salgado Macedonio será gobernador de
Guerrero, excepto si un golpe de dignidad a última hora revierte desde
donde es posible verterlo y revertirlo todo, la injuriosa decisión.
Salgado Macedonio es –si se dejan de lado las acusaciones más
recientes y se sigue empolvando el expediente denunciado por el ex
fiscal-- , Xavier Olea, un rapaz barbaján mea banquetas.
Pero esa es vergüenza antigua. Lo nuevo es la aportación reciente de
Mario Delgado en su defensa. Copio estas líneas cuya abundancia crítica
se presenta sola. Esta forma de argumentar no es fruto de la
ignorancia: es producto del cinismo impune.
“…Mientras que Félix Salgado mantenga sus derechos políticos él
es nuestro candidato, no hay ninguna sentencia por parte de ninguna
autoridad que acredite que haya cometido algún delito… denuncias puede
haber muchas, pero tú no te puedes convertir en un juzgador, tienes que
dejar que la autoridad correspondiente decida en la materia, sino
imagínate, esto se volvería una guerra de denuncias…”
¿Cuántas veces alguien se separa del cargo “para no entorpecer “ las
investigaciones. Esa hubiera sido una buena actitud. Ungirlo, cuando se
haya probado (no presumido) su inocencia. Pero eso es imposible.
Conocido lo anterior ya pueden todas las feministas del mundo gritar y
enloquecer de ira. Nadie les va a hacer caso, al menos nadie de Morena.
Hoy sería muy bueno preguntarles a las muchas mujeres de la izquierda
dónde están y sobre todo donde van a estar cuando el voto acarreado e
inclemente de la clientela subsidiada y comprada de Morena le de el
triunfo electoral a Félix Salgado.
Ya lo deberían entender las mujeres, ya no es igual, ya no es lo mismo, no somos iguales, ¿eh?
ALARMA
Otro de los grandes personajes de morena es Jaime Bonilla; el
gobernador de Baja California, quien ha logrado el insólito salto: de
las páginas de la revista “Alarma!”, brincó a recitar las estrofas de
la Constitución Moral de la IV-T.
Veo el ya dicho semanario en su edición 1009, en la cual se informa de la captura de un defraudador.
La nota viene ilustrada la ficha policial del detenido:
“Esta es la ficha del ingeniero Jaime Bonilla Valdez, quien
estuvo preso en la Penitenciaría de Tijuana. B.C., y que es buscado por
haber defraudado a la institución oficial Infonavit”.
Si bien no se comprende del todo como se busca a un preso, la ficha
es parte de un expediente conocido allá en el norte, pero desconocido
por quien quizá lo sepa y no le de importancia, porque el dinero de
Bonilla siempre fue importante para el movimiento. A fin de cuentas no
lo dice esta columna, lo afirma el “Alarma!”, cuya edición fue
consultada en la Hemeroteca Nacional. HM-A200.
Y si ese antecedente turbio no bastara, pues circula por ahí
un documento de adhesión al gobierno de los Estados Unidos, y a las
constituciones de California y los Estados Unidos, el seis de agosto del
2008, firmado por el actual gobernador Bonilla.
Estos ejemplo son suficientes para colegir sin lugar a dudas cómo la
lealtad a la causa se convierte en estos tiempos en un “Detente”, capaz
de frenar no al coronavirus, pero si a la acción de la justicia.