¿Alguien ha visto al exdirector de Pemex, Emilio Lozoya, acusado de
participar en uno de los fraudes más descarados al pueblo mexicano con
la compra de una planta chatarra a precios exorbitantes?
El
exfuncionario de Peña Nieto fue buscado y detenido en España en febrero
del año pasado, aceptó ser enviado a México en julio y jamás nadie lo
ha visto. Apenas se supo que había llegado enfermo, por lo que fue
hospitalizado y después, nada.
Según se reveló, Lozoya Austin se
apegó a la figura de testigo protegido y comenzó a soltar un sinfín de
nombres, entre ellos Luis Videgaray, Rosario Robles y varios otros
exfuncionarios priistas.
Hasta el momento, nada se sabe de las
pruebas acusatorias que habría entregado el ex director de Pemex, empero
sí ha desatado gran escándalo entre quienes fueron sus compañeros de
gabinete, porque el desvío de elevadas sumas de dinero para las campañas
electorales de 2015 y 2018, cuando Morena comenzaba a tomar fuerza y el
priismo sentía perdido el poder que apenas en 2012 había recuperado en
las urnas.
Lozoya continúa en su ratonera desde que llegó a
México, han circulado en redes sociales fotografías donde se le ve en
grandes fiestas, acompañado de familiares y amigos, todos beneficiados
por el peñanietismo.
Sin embargo, la mamá de Lozoya, la
señora Gilda Austin y Solís, continúa detenida por lo que hizo su hijo
y, que según las autoridades, colaboró en el desvío de millones de
dólares para la compra de varios inmuebles en México y el extranjero.
CÓMO APAGAR EL CASO CIENFUEGOS
Otro
asunto de impotencia social por la injusticia que representa fue la
exoneración del ex secretario de la Defensa Nacional, Salvador
Cienfuegos, detenido en Estados Unidos
Al Cienfuegos, las
autoridades estadounidenses lo aprehendieron en el aeropuerto de Miami
en octubre del año pasado, acusado de proteger a cárteles de la droga,
también durante la administración del ex presidente Peña Nieto.
Días
después, Cienfuegos provocó un descontentó entre Palacio Nacional y la
Casa Blanca, porque dentro de los acuerdos entre ambas naciones está la
obligación de informar a las autoridades del otro país, en caso de
investigar a un alto funcionario y más aún si fue secretario de la
Defensa Nacional.
Ante la queja interpuesta por la Secretaría de
Relaciones Exteriores, la administración de Donald Trump decidió
enviarlo a México. Ese día el Presidente de la República pidió confiar
en los jueces mexicanos, quienes enjuiciarían debidamente a Cienfuegos.
Cienfuegos
fue enviado a nuestro país a los pocos días, llegó al aeropuerto de
Toluca donde se informó que era investigado por la justicia mexicana
pero se le permitió ir a su casa. Así, sin más ni menos.
El pasado jueves, la Fiscalía General de la República, que encabeza Alejandro Gertz Manero, se limitó a publicar en Twitter:
“Luego
de analizar los elementos probatorios enviados por las autoridades
norteamericanas y los aportados por el Gral Salvador Cienfuegos; la #FGR
concluyó que él no sostuvo encuentro ni comunicación con grupo
delictivo alguno. Por lo que se determinó no ejercer acción penal.”
Así de simple la autoridad justificó todo el escándalo mediático que generó la aprehensión del general Cienfuegos.
UNA MANCHA PARA LA JUSTICIA MEXICANA: DEA
Sobre
este asunto, hablé con Mike Vigil, ex director de operaciones de la
DEA, quien me dijo que no era de sorprender la decisión de la Fiscalía
mexicana y que sí, en cambio, es una mancha para la justicia nacional y
al pueblo que espera ver a quienes abusaron del poder, tras las rejas.
Durante
la conferencia matutina, el presidente López Obrador acusó a la DEA de
fabricar delitos contra el exsecretario, de actuar con ligereza y con
muy poco profesionalismo. Así se defendió desde Palacio Nacional a
Cienfuegos.
Empero, el 19 de noviembre, el secretario de
Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, dijo que sería “casi suicida” no
hacer nada contra el general y ahora, para defenderse, dio una larga
explicación responsabilizando a los estadounidenses de los errores.
Incluso,
para lavar sus culpas dijeron que darían a conocer la investigación
contra Cienfuegos, lo cual pondría en riesgo la relación con Washington
que, por su parte, adelantó que podría reabrir el caso del ex
funcionario mexicano.
Esta ocasión la 4T se metió en un gran
conflicto con los ciudadanos, porque advertían la posibilidad de que el
ex secretario fuera enjuiciado por los abusos que presuntamente cometió.
Aún
falta por saber qué ocurre con Rosario Robles y Genaro García Luna, uno
de los peores funcionarios del panismo, quien es poco probable que
libre la prisión porque ahí sí es el gobierno de la Unión Americana el
que lo sentó en el banquillo de los acusados.
Y hasta la próxima semana, en este mismo espacio.
manuelmejidot@gmail.com