¿Has sentido esa sensación de haber
fallado a Dios a conciencia?, hablo de esos momentos en donde ya habías
anticipadamente prometido o por lo menos dicho a Dios que no volverías a
fallar en esa área en especial.
Ahora te encuentras con un sentimiento
de impotencia al darte cuenta que aquello que pensaste no volver a hacer
fue lo que terminaste haciendo.
Uno de los sentimientos más duros de
sobrellevar para el hijo de Dios es aquel que se produce después de
haber fallado a Dios, y es que una persona que ha nacido de nuevo nunca
se sentirá tranquila después de haber fallado a Dios, una persona nacida
de nuevo siente dolor por pecar, por fallar, por equivocarse, y es que
ese sentimiento es el que nos recuerda que ya no vivimos para pecar sino
para resistirnos al pecado.
Quizá los
últimos días te has sentido muy mal contigo mismo por haber fallado a
Dios de la forma más “vil” que se podía. Sientes vergüenza, te sientes
hasta enojado contigo mismo, sientes que Dios se está cansando de ti y
que existe la posibilidad de que Dios ya no te tome más en cuenta.
Y es que es después de esos momentos de
haberle fallado a Dios cuando nos hacemos más vulnerables a los ataques
del enemigo, esos ataques que lanza a nuestra mente haciéndonos creer
que no tenemos remedio, que somos un fracaso completo, que somos
sinvergüenzas porque le fallamos a Dios; y lastimosamente hay muchos que
le creen al enemigo y se dejan influenciar y poco a poco se alejan de
Dios a consecuencia de la vergüenza y frustración que sienten de haber
fallado.
Pero, ¿Qué es lo que Dios piensa de todo
esto?, ¿Realmente Dios estará tan enojado o decepcionado de nosotros en
esos momentos?, ¿Acaso crees que a Dios le sorprendió en sobremanera
que fallaras?
A veces queremos ocupar el lugar de Dios
y pensar por él, creemos saber lo que Dios piensa a cerca de lo malo
que hicimos en base a cómo pensaría una persona humana e imperfecta como
nosotros, pero la realidad es que Dios piensa muy diferente a lo que
nosotros pensamos, Él lejos de juzgarnos nos restaura, lejos de
despreciarnos, nos abre sus brazos, lejos de olvidarse de nosotros, nos
busca.
“Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia.”
Jeremías 31:3 (Reina-Valera 1960)
Yo sé que a nuestra mente le cuesta
creer que su amor es así, que a pesar que nosotros fallamos, sigue
siendo fiel, que a pesar que decimos amarlo, hacemos cosas que dicen lo
contrario, sin embargo el amor de Dios es real y completo, no tiene
sombra de variación, su amor por nosotros no va a cambiar, nos sigue
amando igual que nos amo siempre y anhela que nosotros aceptemos su
ayuda y le entreguemos nuestra vida por completo para que de esa forma
su amor en nuestra vida pueda tener el efecto que Él desea.
Dios quiere ayudarte, Dios ha andado
buscándote, porque quiere restaurarte, quiere que sepas que Él no ha
terminado contigo, que cualquier error que cometiste si tan solo te
arrepientes genuinamente y le pides perdón lo recibirás. Dios no quiere
que pienses que eres un caso perdido, Dios es experto en hacer milagros
en las vidas de aquellos que creyeron que su vida no tenia solución, lo
único que Dios necesita de ti es que reconozcas tu error, le pidas
perdón y su ayuda y entonces, Él comenzará a obrar de una manera
especial en tu vida.
No dejes que el sentimiento de fracaso o
la frustración de haber fallado te lleven a la perdición, en su lugar
deja que Dios sane tus heridas, te tome en sus brazos y haga en tu vida
lo que ha pensado hacer, solamente permítele esa oportunidad y Él no te
quedará mal, porque sus obras terminadas son perfectas y Él aun no ha
terminado contigo.
¡Ríndete hoy a Dios y encontrarás descanso!