Alarmante el anuncio que hizo ayer Ricardo Monreal, jefe de la bancada de Morena en el Senado, en la conferencia virtual que sostuvo con reporteros de la fuente.
El zacatecano reveló que hay un acuerdo con Mario Delgado,
su homólogo en San Lázaro, para “cerrar filas” en torno a las
decisiones económicas que asuma el Presidente de la República. Lo
apoyarán en todo.
Al acuerdo se sumó el líder nacional de ese partido, Alfonso Ramírez Cuéllar.
* Lo calificamos de alarmante por la terquedad que caracteriza a AMLO.
El Presidente se rehúsa a rectificar. Se aferra a esa combinación de
austeridad-asistencialismo que ha marcado su mandato y que, antes del
coronavirus, llevó a la economía a una contracción del 0.1 por ciento.
Peor. Ahora, con la pandemia, el FMI augura para el 2020 una caída del 6.6%, la más grande en Latinoamérica.
Ya sabemos que el Presidente no lee “las editoriales” de los diarios
mexicanos. Menos las de prestigiados periódicos y revistas extranjeros.
El Financial Times ya le dio una repasada. Tocó turno el jueves a The Economist:
“Su terquedad —subraya— puede empeorar, lo que podría ser la recesión más profunda de México en casi un siglo.
“Eso podría destruir la popularidad de un líder cuyas calificaciones
de aprobación han estado entre las más altas del mundo y poner fin a su
sueño de una ‘Cuarta Transformación’ a favor de los pobres de México”.
Así que la oposición ya puede olvidarse de empujar desde el Congreso
su Plan de Emergencia Económica para paliar los efectos del COVID-19.
“Él (AMLO) tiene legitimidad democrática. El
Legislativo no puede elaborar un plan económico y echarlo a andar. No
iremos a una ley de emergencia económica”, alegó Monreal.
En el Senado ni siquiera consideraron la propuesta de Dante Delgado (MC) de hacer un exhorto al jefe del Ejecutivo para que rectifique y construya la Unidad Nacional con todos.
Hay más: no pasaron ni 24 horas desde que Fitch bajara la
calificación crediticia de Pemex —la puso al borde de bonos chatarra—,
cuando nos llegó otra mala: Moody’s hizo lo propio con la deuda de la
empresa, que perdió el grado de inversión.
* Ayer se registró un episodio indignante, vergonzoso, por parte de
ese señor conocido como #LordMolécula en contra de dos destacados
comunicadores: Joaquín López Dóriga y Ciro Gómez Leyva. Los incluyó en lo que llamó “El Cártel del Periodismo de la Mentira”.
No voy a repetir las barbaridades que soltó este sujeto, campeón de
las preguntas a modo, a partir de una pésima lectura del texto que —todo
indica— le escribieron. Horas después confirmé que las cosas caen por
su propio peso.
Alguien que vio la mañanera envió a mi WhatsApp copia de un tuit del colega Héctor de Mauleón que incluye el “link” de una nota publicada hace tres años por el Centro Knight para el Periodismo de las Américas.
El texto habla de un documental financiado y promovido en Bolivia por el gobierno del entonces presidente Evo Morales, bajo el título de El Cártel de la Mentira.
Los 80 minutos de duración están dedicados a atacar y descalificar a la prensa crítica al ahora expresidente Morales.
Ni para eso son originales.
* Recibimos una llamada de alerta del colectivo Nuevo Norte, que dirige el antropólogo Pablo Landa,
sobre la situación de riesgo que viven los migrantes, principalmente
centroamericanos, por la pandemia del COVID-19. Este colectivo, que
elabora proyectos relacionados con migración, pone el acento en la
limitadísima capacidad de los albergues establecidos en México para
recibir a migrantes que buscan casa y comida.
“Muchas de las personas con estatus de refugiado o solicitantes de
asilo han perdido sus trabajos. Difícilmente cuentan con redes de apoyo
que les permitan enfrentar la emergencia sanitaria”, dice el texto que
nos enviaron.
Un SOS que las autoridades no pueden ignorar.