Hace unos días recordaba en este espacio
a José Ortega y Gasset. Fue poco antes de la llegada al gabinete
presidencial mexicano del doctor Gal y Matías, quien es una eminencia en
explicar cosas abstrusas hasta para él mismo.
El doctor Gal y Matías preparó para la
conferencia mañanera del Señor Presidente de ayer, dos respuestas a
sendas preguntas de algunos de los reporteros asistentes al convivio
informativo. Una de esas respuestas fue presentada por el señor
secretario de Salud (sí, si hay un señor Secretario de Salud), el
doctor, Jorge Alcocer, quien por si usted no lo sabe, ha ganado el
Premio Nacional de Ciencias, con el cual tiene impresionado a más de
uno.
Bueno, pues en relación con las cifras
de la epidemia —esas veleidosas bailarinas de la razón cuya danza con la
estadística todo lo relativiza, cuando no lo complica—, ha dicho algo
digno de la más compleja criptografía y la glosa más dilatada. Lea
usted:
“…el panorama que se estimó y que ayer
lo dio a conocer ampliamente —de hecho, yo decía en clase (¿?)— el
doctor Hugo López-Gatell, es el explicativo del porqué estos veinte y
tantos mil casos que se pueden estimar, que se han estimado desde el
principio (¿cómo la ve, mi estimado?) , tienen una base de estudiar
científicamente bien establecido un grupo (no se valdría estudiar un
grupo mal establecido científicamente, ¿verdad?) como se estiman las
encuestas.”
“Y que esto realmente debe de dejar
tranquilo, ése es el estimativo (insisto mi estimado, usted no se me
desestime ni se intranquilice), y al cual hay muchos indicadores de que
no vamos a llegar, pero hay otros de que podría hacer (¿qué podría hacer
quien?, Dios mío); entonces, lo tenemos como eje, no porque tengamos
esos casos ya asegurados, es un estimativo (de la estimación estimada) y
debemos también tomarlo con la tranquilidad de que estamos atentos a
ellos (sereno, Moreno). Si no estuviéramos atentos, no estarían
generándose algunas de estas preguntas (¿entonces las preguntas se
generan porque se está atento a los casos asegurados o a los casos
estimados?).
Obviamente la elocuencia de Gal y
Matías, es proverbial. No en balde fue el maestro de Mario Moreno, antes
del nacimiento de “Cantinflas”. Éste es otro ejemplo de la fecunda
pedagogía de ya dicho doctor GyM.
Aquí lo tenemos en su faceta de
inspirador diplomático. Como todos sabemos México hizo el bananero
negocio de venderle a un futuro vendedor. Te lo vendo y luego te lo
compro, y tu ganas la diferencia. ¿Cómo lo explica el multifuncional
señor Canciller, don Marcelo Ebrard?
Así. Y lo más notable, nos lo dice, como si debiéramos concederle sincera seriedad a sus palabras:
“...México es el octavo exportador del
mundo de equipo y productos médicos (por eso ahora se convierte en el
octavo importador). Si México en febrero hubiera tomado la decisión de
cerrar la exportación, porque ni modo que digas: A ver, no vamos a
exportar a China nada más (o mejor dicho, no vamos a exportar nada más a
China)…
“Primero, no tendríamos hoy este tráfico
aéreo, no habría ventiladores adicionales si hubiésemos tomado una
decisión de esa naturaleza, pero además habríamos entrando en conflicto o
habríamos provocado un inmenso impacto, tanto hacia el exterior, porque
México deja de ser un país confiable en la cadena de producción (¿la
cadena de producción o la cadena del comercio?), si tú tomas una
decisión de ésas en una crisis y dices:
—Nadie va a exportar porque yo lo
necesito en el futuro (si vendo mis naranjas mañana qué vendo,
“señito”), en ese momento México se convierte en un país en donde nadie
va a invertir, porque no eres confiable (es como si cerraras una
cervecera a la mitad cuando ya le diste los permisos a los
inversionistas extranjeros, ¿no?), ¿para qué voy a poner una planta para
hacer una parte o un insumo si un día me lo vas a suspender (¡oígame,
no…!)?
“Entonces, en ese momento lo que haces
es que México dejará de ser un país confiable para la exportación (ya lo
es para la aviación desde el abandono del NAIM y algunas otras cosas
más), lo cual habría tenido un impacto estructural…”
Cuando uno escucha esas explicaciones,
bendecidas por el aura infalible del Señor Presidente en el Salón de la
Tesorería), no queda claro si de esa manera se satisface el derecho a la
información de los ciudadanos, porque una cosa es informar y la otra,
largar rollos inclementes y enrevesados, como si todos los receptores de
dichos mensajes tuviéramos menos de dos dedos de frente.—
O a lo mejor sí; dos dedos: uno para el atole y otro para el anillo.
CAMPAÑA
¿De veras los medios estamos haciendo
una campaña contra el Señor Presidente? La única campaña es suya, cada
mañana, a cada rato; los fines de semana, los informes sin información,
los rollos sin necesidad. Eso es una campaña, no cuando se revisan sus
hechos y sus dichos.
Twitter: @CardonaRafael
rafael.cardona.sandoval@gmail.com
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