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Cancionero Ola, Ola, no vengas sola FÉLIX CORTÉS CAMARILLO
Ya el burdo tratamiento por parte de la administración López Obrador del caso del general Cienfuegos, ex secretario de la Defensa Nacional, preso en Estados Unidos acusado de complicidad con el narcotráfico y liberado luego a petición de México devino el primer prietito en el arroz de las cruciales relaciones de México con el vecino del Norte. |
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Trumpismo: bases e ¿ideología? Lorenzo Meyer
No deja de tener su pisca de ironía el cruce de las líneas en materia electoral de México y el vecino americano: mientras la mexicana supera una histórica etapa de fraudes y pareciera ir en ascenso, a ojos de un tercio de sus ciudadanos, la norteamericana desciende |
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Trascendió Que el coordinador de Morena del Senado
Ricardo Monreal, salió en defensa de la exculpación de Salvador Cienfuegos y afirmó que la reforma a la actuación de agentes extranjeros no tiene precedente en cuanto a proteger la soberanía nacional |
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Frentes Políticos 1. En penuria.
De gira por Guerrero, el presidente López Obrador afirmó que “es de los estados más abandonados, con más pobreza. Me duele decir que es de las entidades con más desnutrición. Por eso tenemos que seguir apoyando”. |
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Landau sin filtro Pepe Grillo
En menos de una semana Christopher Landau dejará de ser embajador de Estados Unidos en México. Resolvió, a manera de despedida, ofrecer una conferencia de prensa en la que respondió todas las preguntas sin pasarlas antes por el filtro diplomático. |
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El Diario No voy a caer en el ´necesariato´: AMLO
El presidente Andrés Manuel López Obrador prometió que no será un dirigente eterno, por lo que urgió a los integrantes de su gobierno a no dejar nada pendiente. |
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-- Semana crucial para el PAN-- Chela Ortiz va; Bazán opera en el Bajío
La sorpresiva decisión del Juzgado Cuarto de Distrito, el viernes por la tarde, de negar la suspensión definitiva al amparo 542/2020 solicitado por la alcaldesa con licencia, Maru Campos, tal vez la pone en otro estatus legal |
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Un rinconcito de Dios para ti: Fe y agradecimiento
Ponerme en los zapatos de un padre que ha perdido a su hijo, de un esposo que vio como su mujer moría de cáncer o un matrimonio que deseando por muchos años un hijo ve como un aborto espontaneo les quita ese sueño es duro. |
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Columna / « Ricardo Alemán ¿A poco aún no saben quién es Obrador?» |
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Fecha: 10 de Abril del 2020 | Reportero(a) Manuel J. Garcia
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Ricardo Alemán ¿A poco aún no saben quién es Obrador?

¿A poco aún no saben quién es Obrador?
La pregunta se
debe repetir de la misma manera en que la formulamos pocos días antes
de la elección presidencial del 2 de julio de 2018.
Y es que en aquella fecha preguntamos si los potenciales electores
tenían claro que votar por López Obrador era no solo un peligro para
México, sino un riesgo para el futuro de sus familias.
Y, como seguramente algunos recuerdan, las reiteradas advertencias sobre
el riesgo que significaba una victoria de AMLO nos valió la más feroz
persecución que recuerde la historia, contra un periodista crítico en
México.
Una difamación de magnitudes colosales, globales, que costó decenas de
millones de pesos para callar a una voz crítica de López Obrador; una
voz que hasta hoy ha resultado certera en todas sus críticas y sus
pronósticos.
Sin embargo, de nueva cuenta hoy debemos formular la misma pregunta,
luego de casi dos años de la victoria de López Obrador: ¿de verdad,
luego de 16 meses del peor Gobierno y de escalofriantes experiencias,
aún no saben quién es Andrés Manuel López Obrador?
¿De verdad no han entendido que es el político más ciego, más sordo y de
pensamiento más limitado, como para escuchar otras voces, otras
opiniones y otros datos? ¿No han entendido que no le interesa voltear a
ver la realidad?
¿No saben que es uno de los presidentes más ignorantes y analfabetas de
la historia, al grado de confundir “el sistema respiratorio”, con “el
sistema urinario”?
Y resulta obligado repreguntar por qué hoy, en medio de una de las
peores pandemias que vive la humanidad -y a casi dos años de aquel 2 de
julio de 2018-, muchos mexicanos siguen creyendo que ese peculiar líder
social y político motejado como AMLO puede cambiar y hasta volver sobre
sus propios pasos para modificar su limitado e histérico pensamiento.
Obrador ya es Presidente, ya dio muestras claras de su resentimiento y
su rencor contra políticos, empresarios y periodistas; ya mostró que
nada le importa tirar el dinero público y que poco le importan los
pobres y… aún así, muchos creen que puede cambiar.
Bueno, en el extremo de la candidez, algunos hasta creen que López
Obrador se puede convertir en el nuevo salvador de la patria y que en
una impensable “vuelta de tuerca” amanecerá transformado en un gigante
capaz de llevar a buen puerto a la nave que se hunde de manera
inexorable.
Sí, por increíble que parezca, así lo pensaban muchos políticos, líderes
empresariales y hasta aplaudidores de Morena, antes del supuesto
informe del pasado domingo, cuando muchos parecían esperanzados en que,
al final, el ciego Presidente fuera capaz de abrir los ojos para darse
cuenta de que lleva a México al despeñadero.
Candorosos, le escribieron: “¡Andrés, es la última oportunidad de que te
conviertas en el líder que requiere México; solo falta tu decisión!”.
Otros, más bobos, tuteaban a López como si con eso pudieran hacer
posible el milagro de curar la sordera, la ceguera y la estulticia del
Presidente mexicano: “Querido Andrés, tienes todo para modificar el
rumbo”. Nadie consiguió nada.
Lo cierto, sin embargo, es que si hay un hombre congruente en México, ese mexicano se llama Andrés y se apellida López Obrador.
¿López Obrador, congruente? En efecto, el Presidente mexicano es
congruente en mantener vivo su odio contra todo aquel que se atreve a
contradecirlo y, no se diga contra quienes lo han ridiculizado o lo han
derrotado en el terreno político y personal. Y si lo dudan, ahí están
los casos de políticos y empresarios perseguidos y encarcelados por
López.
Obrador es congruente con su sed de venganza, como la vemos todos los
días, a todas horas, cuando es lanzada contra el expresidente Calderón,
convertido en “el villano favorito” de sus aplaudidores.
Es congruente con su odio hacia sus críticos mediáticos, a quienes todos los días difama y calumnia en su pedestal mañanero.
López es congruente en su odio contra la ciencia y contra los científicos, a quienes quita recursos, calumnia y difama a placer.
Obrador es congruente en su odio hacia grandes obras que nunca podrá llevar a cabo y a las que, como el NAIM, prefiere destruir.
El Presidente mexicano es congruente con su cultura antidemocrática, con
su patología mentirosa, con su deshonestidad intelectual y con la
opacidad de toda su vida; congruente con su alianza con el crimen
organizado y con las bandas criminales; congruente con su odio a la
clase media, a la que parece empeñado en desaparecer y, sobre todo,
congruente con su amor a los pobres, a los que multiplicó de manera
milagrosa.
Cuando era candidato, muchos decían que no se atrevería a llevar adelante sus descabelladas promesas de campaña.
Aquí siempre dijimos que sí creíamos en López Obrador; en el político que más ha odiado a México y a los mexicanos.
Y, en efecto, tampoco en eso nos equivocamos.
Al tiempo.
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