Agentes del
Buró Federal de Investigaciones(FBI) de los Estados Unidos, Ejercito mexicano, así
como Ministerios Públicos de la Fiscalía General de la República lograron la detención
del jefe de la plaza de “La línea” y dos implicados más en la masacre en donde
perdieron la vida tres mujeres y nueve niños integrantes de la familia LeBaron.
La fiscalía
mexicana informó inicialmente este domingo de la detención de “varios
individuos”, implicados en la matanza de la familia LeBaron ejecutados a
principios de noviembre. Según fuentes del Gobierno federal “fueron al menos
tres”, aunque el número total podría ser mayor. La fiscalía ha explicado que
hoy se produjeron varias detenciones después de otra ocurrida en noviembre.
La semana
pasada, Adam Langford, ex alcalde de Bavispe y miembro de la comunidad LeBarón,
informó que elementos de la Guardia Nacional le mostraron un video
presuntamente grabado por los agresores minutos después del ataque.
Agentes de
la Agencia Federal de Investigaciones (FBI) de Los Estados Unidos participan
durante las indagatorias por tratarse de un asesinato perpetrado contra 6 niños
y tres mujeres, todos con nacionalidad norteamericana.
En medio de
todo esto, las autoridades mexicanas acabaron por aceptar la colaboración del
FBI en las investigaciones. La fiscalía ha informado de que un juez ordenó el
arraigo del primer detenido, una especie de prisión preventiva prorrogable
hasta por 80 días, a cumplir en instalaciones de la agencia estadounidense en
Ciudad de México. El resto, detenidos hoy, serán trasladados igualmente a la
capital. La fiscalía no ha informado de detalles de ninguna de las detenciones.
Las autoridades
confirmaron que uno de los detenidos fue identificado como Mario H.,
El Mayo, jefe de plaza de La línea, célula del cártel
de Juárez.
Entre el
reguero de matanzas en que se ha convertido México estos meses, la de los LeBarón
sobresalió desde el principio. Tres mujeres y seis niños fueron asesinados en
un ataque perpetrado por un grupo de civiles armados. La búsqueda de un motivo
obligaba a mirar atrás, a las decenas de miles de asesinatos registrados solo
este año en México. A las causas de la violencia y las respuestas que ha dado
el Estado Mexicano.

El ataque
contra los Langford-LeBarón ocurrió el 4 de noviembre en Sonora, muy cerca del
rancho La Mora, una de las principales comunidades mormonas del norte de
México. Las mujeres y los niños habían salido del rancho por la mañana. Tomaron
la carretera que conduce a Chihuahua. Iban en tres camionetas. Un grupo
criminal interceptó presuntamente el convoy en dos puntos del camino. Quemaron
una de las camionetas con una de las mujeres y cuatro niños dentro. Tirotearon
las otras dos, matando a otras dos mujeres y dos niños más. Ocho menores
sobrevivieron.
El caso
saltó a los medios enseguida, gracias a las denuncias de varios integrantes de
la comunidad. Desde hace años y casi que, a la fuerza, los LeBarón se han
convertido en parte importante de la sociedad civil crítica del norte. Justo
hace ahora diez años, un grupo criminal asesinó a dos integrantes de la familia
en colonia LeBarón, Chihuahua, otra de las comunidades mormonas importantes del
norte.
Desde la
tarde del 4 de noviembre, Julián LeBarón, portavoz informal de la familia, dio
cuenta de lo ocurrido en noticieros de radio y televisión. Al principio solo
sabían del caso de la mujer y los cuatro niños calcinados, hallados cerca de la
entrada de la carretera que va a Chihuahua. Luego encontraron al resto, unos
kilómetros más adelante.
Julián
LeBarón criticó la lenta respuesta de los gobiernos estatal y federal y desechó
la idea, alimentada desde Ciudad de México, de que se había tratado de una
confusión. Demandó justicia, igual que el resto de familiares y amigos, que en
los días posteriores llegaron en riadas al rancho La Mora, para los funerales
de los asesinados.
La
comunidad mormona Langford-Lebarón goza de doble nacionalidad. Desde hace
décadas viven a un lado y a otro de la frontera. Trabajan en Estados Unidos y
viven en México o viceversa. Desde el principio, el Gobierno de EE. UU. ofreció
ayuda al de México en las investigaciones, aunque el presidente, Donald Trump,
abrigó el ofrecimiento de amenazas, sugiriendo que el Ejército podría acabar
los atacantes. De hecho, hace unos días, Trump aseguró que piensa incluir a los
carteles en la lista gubernamental de organizaciones terroristas. (con información de El País)