José Antonio Meade y su tocayo González Anaya, ambos exsecretarios de Hacienda, hicieron una vista al Palacio Nacional.
Visitaron al actual secretario, Arturo Herrera, que ahí despacha y quien inicialmente negó que hubiera habido reunión.
Al paso de las horas, Herrera aceptó el encuentro y dijo que
de ello sólo se desprendían dos problemas: la chiviadota que se llevaron
Meade y González Anaya al salir de Palacio y verse copiosamente
fotografiados, y la ausencia de chilaquiles en el almuerzo que
compartieron.
El tema de los chilaquiles de Palacio parece bastante fácil de
solucionar. La chiviadota que parece destinarles el futuro inmediato a
los predecesores de Herrera, esa puede que no.
La amlointermediación en jalisco...
El gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, tiene una nueva actividad.
Como Carlos Lomelí, antiguo superdelegado de AMLO en aquella entidad,
cayó en desgracia y fue despedido, ahora Alfaro debe correr a la Ciudad
de México cada vez que hay un asunto grave en el que intervengan estado y
federación.
Resulta que su última visita es porque el Seguro Popular, ese
que desprecia tanto la 4T, no está recibiendo recursos que ya tiene
asignados. Traducción en aquella entidad: cientos de miles de
jaliscienses en riesgo de quedarse sin consulta médica.
Y claro, de esas casualidades que se están dando cada vez que Alfaro
pone un pie fuera de su estado, resulta que justamente ahora se hace
circular un video anónimo acusando a su administración de negociar con
el narco.
“Actualizar” impuestos
Como el presidente López Obrador se comprometió a no crear nuevos
impuestos, dirigentes de la 4T se quiebran la cabeza para conseguir más
recursos.
Los programas sociales puestos en marcha por el nuevo gobierno
quitan recursos a actividades fundamentales como salud y educación.
Hay que sacar dinero de algún lado. Los recortes y la austeridad ya
toparon con pared.
El diputado Ramírez Cuéllar, que tiene buen manejo del idioma,
encontró un eufemismo: no hay que subir impuestos, hay que
“actualizarlos”, que es lo mismo pero suena menos agresivo.
El legislador de Morena quiere que la comida chatarra, las
bebidas azucaradas y los cigarros paguen más impuestos. Se obtendrá un
beneficio doble, inhibir el consumo de productos nocivos y elevar la
recaudación.
Dicen los que saben que lo importante en todo caso es dejar la
escopeta de diábolos en casa y recurrir a los tiros de precisión.
Napoleón, agente discordante
Las relaciones entre la Presidencia y los empresarios del sector minero se han deteriorado hasta casi el rompimiento.
López Obrador anunció que ya no dará más concesiones para la
explotación minera y los empresarios del sector dijeron que se sienten
“satanizados”.
El mandatario denunció que las mineras pagan mal a los trabajadores y son nocivas para el medio ambiente.
Lo cierto es que desde que regresó a México Napoleón Gómez
Urrutia y la 4T lo arropó para convertirlo en el máximo dirigente
obrero, las relaciones con los empresarios mineros se enfriaron.
Varias de las principales mineras son extranjeras y de las nacionales
destaca Grupo México cuyo dueño Germán Larrea no conecta con AMLO.